Publicado en Eco Solidario / Septiembre-Octubre 2019
“La gestión de la información es el gran reto tecnológico para las organizaciones solidarias con actividad financiera.”
El manejo tecnológico de la información, traducido en la interpretación de los datos de los asociados, clientes, proveedores y demás vinculados a la actividad de las entidades solidarias, constituye el elemento de mayor valor que pueden tener en sus manos en el mercado actual. Por ello, tanto los directores, como los administradores de estas organizaciones, deben comenzar a analizar su rol en el proceso de gestión de la información de las entidades a su cargo.
Los datos obtenidos de los procesos de vinculación, actualización y otros medios para el acceso a la información personal es lo que los expertos han denominado el oro del siglo XXI.
Para el caso de la actividad financiera desplegada por las entidades solidarias, esta información constituye la base fundamental para los procesos operativos derivados de las actividades de captación y colocación, en los cuales se involucra de forma directa la administración de los diversos riesgos propios de la actividad de intermediación.
De igual forma, esta información es el soporte para la mejora de los productos y servicios ofrecidos, lo que incide en beneficios tanto para los asociados como para el sector en su conjunto. En efecto, la información proporcionada por los asociados al vincularse a la entidad solidaria proporciona importantes insumos para el análisis de su perfil crediticio, sus preferencias, su capacidad de ahorro y otros aspectos de utilidad evidente para aquellas organizaciones que se enfocan en una gestión más eficiente y menos costosa.
Es por esta razón que las entidades solidarias deben contar con sistemas de gestión de información modernos, que permitan capturar los datos, procesarlos y permitir su análisis de una forma inteligente.
Esto se traduce en una mayor transparencia en la dirección de estas organizaciones, pues la disponibilidad y oportunidad de la información permite la adopción de decisiones informadas.
Un proceso de toma de decisiones con estas características descarta la improvisación y la simple intuición, lo cual está en consonancia con las políticas que promueven un mejor gobierno corporativo en el sector solidario.
De forma paralela a la modernización de los sistemas tecnológicos, es necesario romper los paradigmas que han impedido la apertura a una mayor conectividad de los sistemas por parte de proveedores escépticos de compartir información, los cuales, en contravía de la evidencia, intuyen que de esta manera impiden la competencia.
Esto necesariamente requiere un cambio de mentalidad que permita entender que en el mercado actual no solo se compite, sino que se colabora, lo cual en esencia es un fundamento del vínculo solidario.
En nuestra opinión, el camino apropiado que deben adoptar las organizaciones solidarias es dotarse de la tecnología para una gestión de la información que les permita integrarse, atemperando con esto el grave retraso que se sufre en el desarrollo de productos financieros novedosos en entornos controlados, así como su inserción en la economía digital.
Para llevar a cabo este objetivo, directores y administradores deben diseñar planes estratégicos de calidad, que tengan en cuenta las necesidades, los objetivos y una visión clara del mercado, en los que la tecnología de última generación sea el centro alrededor del cual gravitan los demás factores que permitan un aprovechamiento óptimo de la información.
En síntesis, la respuesta para afrontar la coyuntura actual pasa por una estrategia enfocada en la tecnología, sigue por una gestión de información eficiente y llega a una gobernanza cimentada en decisiones informadas.